No quiero pensar en el frío de la noche, prefiero esperar la mañana.
No quiero rendirme ante la meta, mejor será que la esperanza me convenza.
No quiero escuchar al desaliento, a la rabia, al desconcierto; yo quiero escuchar la risa, la magia, la alegría y la llovizna.
Quiero caminar contigo, los dos juntos, bien unidos, en lo que para siempre ya fue decidido, somos uno, vas conmigo.